Paco, mi perrito




Una tarde, cuando estábamos en la puerta, machacando maíz para las gallinas, el “tío Paulino”, llegó con una burrita del ramal...
Dijo que era para la abuela, para que fuéramos al pueblo.
Solo para la abuela, no para trabajar.
El “tío Paulino”, venía de otro pueblo que estaba muy lejos. Venía cansado, caminando, porque la burrita era muy pequeña y no se podía montar en ella hasta que creciera y además, tenía que ser la abuela la que subiera en ella, para que se acostumbrara y la obedeciera después.
¡Era muy importante todo esto! Ellos estaban hablando y yo les escuchaba muy atenta...si a la abuela se la olvidara algo, pues yo se lo podía decir, yo me acordaba de todo!
Traía también un perrito, pero muy, muy pequeño. Los del abuelo eran grandes... cuando nacían también eran grandes. No como aquél que era tan chiquitín.
El “tío Paulino” dijo:
- ¡la burrita pa la abuela y el perrito pa la Petri, las dos iguales!
Yo, estaba tan contenta, que andaba dando vueltas con el perrito cogido, sin parar de ir de un lado al otro y sin soltarle nunca...es que, ¡era muy pequeño, pero mucho! Y ahora, ¡le tenía yo que cuidar..!
No quería dejarle en el suelo, le podía pasar algo. Tenía que tener cuidado, porque los gatos le podían arañar. O podía ir al pozo y caerse. Le podían pisar los mulos, porque él no les conocía, ni sabía que pisaban muy fuerte...y también podía perderse entre los olivos...o encontrarse con el sapo y asustarse mucho.
Así todo el día...
¡Ese día sí que lo recuerdo, ese día sí que fue bueno y pasaron cosas buenas! También lo decía la abuela:
- Al fin algo bueno, ¡ya era hora..!

Ella estaba muy contenta. Yo, lo sabía porque le dejó al abuelo entrar a la habitación con las botas y no le dijo nada...y porque no riñó al gato blanco cuando andaba por las cestas y porque no me acostó temprano…
Cuando me tuve que ir a dormir, estaba muy preocupada: ¿qué pasaría con el perrito?
¡Esa noche no quería dormir!
- Abuela, yo quiero dormir aquí en la cocina con el perrito, como la tía Eusebia, cuando vino, que durmió aquí…
- ¿Que tía Eusebia ni que ocho cuartos!
Dijo mi abuela.
- ¡Metete en la cama, pero ahora mismo. ¡Del perro ya me encargo yo..!
- Abuela, es que, es muy pequeño y el tío Paulino dijo que la burrita era para ti y el perrito para mí...¡yo tengo que cuidarlo..!
- El tío Paulino, el tío Paulino... ¡Anda, anda!

Eso no se lo entendí a la abuela, pero cuando ella hablaba así, era mejor acostarse.

Esa noche no me podía dormir. Escuché durante mucho rato, calladita, a ver qué decía la abuela, pero no se oía nada.
Me dormí muy preocupada.
Cuando me levanté, fui muy rápido a la cocina…
¡El perrito estaba en una cesta!!! ¡La abuela lo había metido en una cesta!

Es que, se podía perder… la abuela también lo sabía.

..

2 comentarios:

Celeste dijo...

Que tarde tan hermosa esta, es un lujo releeros y ver cuanto cariño me habeis dejado en los comentarios. Me apetece seguir escribiendo!

Celeste dijo...

11 comentarios anteriores:


Blogger Mari Carmen dijo...

Que precioso relato Celeste. Es una gozada. No sabes ni lo contenta que estoy de haberte encontrado. Yo, acostumbrada a vivir en toda clase de ciudades y de pueblos, de recorrer, siempre que se tercia la Europa con la que nos identificamos, siempre vuelvo a mis días infantiles y adolescentes, porque fue en esa época cuando viví en los pueblines más pequeños y más deliciosos. Tus relatos me transportan a esos días, tan queridos. Por cierto, mi abuelo paterno, el cordobés, también tenía un burro, y mi abuela un patio lleno de flores y un gallinero. A mi abuelo materno no le conocí, pero sí a mi abuela, y a mis tíos. Ellos eran pescadores. Ya ves, me llevé conmigo lo mejor de la campiña cordobesa y de la mar granadina. y tus preocupaciones acerca del perrito, eran las mismas que las mías, cuando me regalaron, recién nacido a mi Lucerito, allá por mis once años, y yo vivía en un cuartel, llamado La Bermeja, en una playa preciosa gaditana, al ladito de Rota :)
Un abrazo,

1 de abril de 2007 7:26
Blogger Celeste dijo...

Me alegro mucho por ti, querida amiga.
Es un placer para mi, escribir todos estos recuerdos que formaron mi infancia e influyeron tremendamente, en lo que posteriormente soy como adulta.
Me alegra mucho que te guste. Gracias de verdad!

1 de abril de 2007 13:46
Blogger Ximena dijo...

Tener verdadero éxito en la vida es: reír mucho y muchas veces; ganar el respeto de personas inteligentes; gozar del cariño de niños; ganar el reconocimiento de personas cualificadas y saber soportar la traición de falsos amigos; apreciar la belleza; buscar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste - con un hijo sano, un jardín bonito o una persona más feliz; saber que al menos alguien ha vivido mejor gracias a ti.

Ximena.

1 de abril de 2007 18:30
Blogger pancha dijo...

Es que las abuelas lo saben todo... por lo menos todo lo que tiene que ver con el corazón y preocupaciones... y ella también sabía cuan importante para ti era ese perrito... besos, bellas historias...

2 de abril de 2007 10:35
Blogger CEL dijo...

Celeste ahora tengo prisa, y quiero leer lentamente y empaparme de tus vivencias,

Un fuerte abrazo

2 de abril de 2007 11:04
Blogger MORGANA dijo...

Un fuerte abrazo y feliz semana.
Tu comentario de Rumi esta en mi blog donde queda la realidad.

2 de abril de 2007 11:35
Blogger Vero dijo...

Que lindo relato, me alegra tanto que hayas tenido esa infancia, eres una afortunada, con una gran abuela, un gran tio y un gran perrito.
Me emocione con tu historia.

Un Beso.

2 de abril de 2007 19:47
Blogger MentesSueltas dijo...

Pasaba a dejar un abrazo repleto de mi mejor energia.

Desde Buenos Aires.

MentesSueltas

3 de abril de 2007 5:50
Blogger CEL dijo...

Celeste, de tu mano he recorrido el relato, no me ragalarón nunca un perro, pero tube el amor de mi abuela y un tio y tambien un pueblo donde pasaba mis veranos en la niñez, es mi pueblo, no nací en él pero si crecí y vivi retazos de historias inolvidables para mi.

Un fuerte abrazo.

3 de abril de 2007 16:11
Blogger Lety dijo...

Tierno, delicioso, encantador, sigo leyendo con el corazón henchido.

Besos querida Celeste

10 de abril de 2007 7:31
Blogger Mr. TAS dijo...

una imagen de los más tierna!

un saludo